“ROCK AND ROLL DE JAMES QUIROZ”
Por: Miguel
Ildefonso
James Quiroz
(Trujillo, 1984), luego de publicar en 2010 el poemario La noche que no has de habitar, nos presenta ahora Rock and Roll (Vivirsinenterarse, 2015).
Bajo la influencia de la poesía beatnik, reúne treintaiocho poemas que abordan
distintos temas como la muerte, la poesía y la trascendencia, en varios
escenarios, principalmente urbanos.
Tal como dicta el
título del libro hay un tributo al rock, no solo por los homenajes que hace a
distintos iconos de este arte moderno, sino también por rescatar esa onda
narrativa y popular. Recordemos que el rock nació del blues, un género de las
clases bajas de los Estados Unidos, que musicalizaba el dolor y el sufrimiento
de sus personajes. Por eso hay un apelar al sentimiento ante el devenir de la
existencia visto como un destino trágico, no sin signos de ironía.
El lenguaje
coloquial, pleno de bellas imágenes, también obedece a esa intención de contar
lugares públicos, zonas en que el lector pueda identificarse y entablar un
dialogo con esa voz que se desgarra y a la vez seduce.
Hay un poema
extenso que nadie debería perderse de leer, Un
día en la vida. Muy bueno.
Aquí dos poemas.
Balada para un Hombre Dormido
Qué extraño ese
profundo
definitivo
aroma de féretro
Hoy me detengo una
brizna en mis lamentaciones
– Busco trabajo –
Y diviso un viejo
anuncio con preocupación:
Fallece
extraordinario poeta
solitario
exiliado rendido y olvidado
por sus semejantes
Entonces
no puedo ver la
justeza de mis posibilidades
como antes
Antes me sobreviene
una visión espantosa
y
grotesca
La de pertenecer a
un reducido grupo de facinerosos
que sobreviven en
el eterno valle de los muertos
He oído sus voces
cantándome desde lejos
Los sigo oyendo
durante la noche
como un pesado
sueño
Todos mis puertos
sepultados
Todas mis
alucinaciones y sospechas
de que no podré
dormir
mientras uno de
ellos me sorprenda
en una sangrante
noche, son ciertas
Reanudo la marcha
soy un viandante eliminado
de
la acera
Camino en la
autopista
a la espera de un auto
hambriento
No le temo a los
fantasmas que a diario
hacen cola en los
sepulcros
Ni a los bufones
llorones que se apostan en las esquinas
No hay tiempo para
romanticismos anacrónicos
Cruzo una puerta y
encuentro otra puerta
Cada vez más grande
y ceremoniosa
Bizarro oficio el
de buscar una lonja de carne
en un mercado vacío
Pero los perros
siguen adelante
El estomago vacio
les alumbra el camino
Y yo debo proseguir mi paso breve
porfiando como un
perro
el difícil trabajo
Mordiendo el cielo
con los dientes
Observando cómo la
luna que antes bailaba
presuntuosa frente
al espejo
en un charco
oscureció su rostro
Nunca más volvió a
salir para los lobos afligidos
y desde
entonces cabalgan kilómetros de tierra
desolada
Soportando ver como
adentro de las cercas dispuestas
de manera arbitraria
los animales
domésticos se llenan la mandíbula
de colosal carne
fina
mientras afuera en
el soberbio desierto
las hienas se juegan
la vida
en otro sigiloso
asalto
Simpatía por los Dioses
Time waits for no one
Qué bestia de
canción
El comienzo,
siempre decisivo
Amplifica la
emoción continua
Parece ser una
resistencia contra el tiempo
Igual ese punteo
inimitable
Que se extiende más
allá de lo permitido
Y no quiere
terminar, Mick tú
No querías que esa canción
Terminara
Por eso la canción
termina como empieza
Pero hasta los
viejos dioses, Mick
Ven dime, cómo se
siente
Seguir siendo
mortal
Después de escribir
esa canción
Quizás alguna tarde
no lo serás
No seguirás
esperando